Sobre las 8.30 Edward llegó al instituto y, sabiendo que llegaba algo tarde, subió las escaleras hasta el tercer piso con asombrosa rapidez. Alcanzó la puerta de su clase y llamó dos veces, entró y buscó la mirada del profesor.
-¿Puedo entrar?-Dijo discretamente. El pofesor, un tipo bajito y gordinflón, le miró e hizo un imperceptible gesto con la cabeza que quería ser unasentimiento-Gracias.
Avanzó y se acomodó en su pupitre, a su derecha estaba su compañero, Santiago, (o Santi para los amigos) le saludó con un gesto y sacó el material de la mochila.
La oscura sensación que le había estado oprimiendo el pecho retrocedió, si no tenía cuidado podía herir a alguien, y eso ahora no le convenía. Sospechaba que cuando "activase" su habilidad el dolor aparecería de nuevo, a la hora del recreo debería de comprobarlo, aunque siempre con discreción, no podían relacionarle con lo ocurrido a Carlos en la calle. Así pues esperó a que pasaran las horas para comrpobar su teoría.
Sobre las once salió acompañado de Santi y juntos recorrieron el camino hasta la salida, allí se encontraron con sus otros amigos. Luca, Guillermo y James. El primero, de origen italiano, era alto y espigado, como un junco, Guillermo sin embargo era lo opuesto, de estatura media y algo rellenito. James era el ms extraño de todos ellos, tenía la piel oscura como el café solo, unos penetrantes y misteriosos ojos azules y una gran melena rubia. Edward y Santiago les fueron saludando y juntos salieron hacía La Plaza, donde se reunían los estudiantes a la hora del recreo.
Entonces se dió cuenta de como podría comprobar su teoría...
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